Un día como ayer, muchos municipios celebraban marchas solidarias a favor de la lucha contra el cáncer. Miles de ciudadanos salimos a la calle a mostrar nuestro apoyo contra la enfermedad que está entre las mayores causas de mortalidad en nuestro país. Pero sólo por salir a la calle unidos por una causa no es suficiente para considerarnos personas solidarias. ¿Somos realmente solidarios? Para ello tenemos que contribuir con nuestras acciones diarias para hacer de este mundo un lugar más respetuoso, humano y habitable, ya que las principales causas de las muertes en el mundo están influidas por factores externos y ambientales.
No todas las personas tenemos la capacidad económica para realizar grandes acciones o donaciones económicas relevantes a favor de estas causas, pero no por ello no podemos ser solidarios. Todo lo contrario. Las principales organizaciones no gubernamentales recomiendan hábitos cotidianos y acciones sencillas que podemos incorporar en nuestro día a día para ser personas más solidarias:
- Ayudar con pequeños gestos a personas que la necesiten; ceder nuestros asientos en el transporte público, ayudar a personas en la calle, familiares o amigos enfermos, comprar comida a personas con hambre o sin hogar, etc.
- Donar sangre ayuda a salvar vidas
- Respetar la naturaleza con gestos como reutilizar, consumos responsables por ejemplo menos plásticos y productos envasados, reciclar, respetar a los animales, no ensuciar los espacios naturales, etc.
- Pertenecer a asociaciones o voluntariados de lucha contra enfermedades, la igualdad, la pobreza, el hambre o la protección ambiental.
- Donar ropa, juguetes, medicamentos o alimentos a organizaciones o a personas que lo necesites
- Realizar viajes solidarios o a municipios o establecimientos turísticos que ayuden o promuevan acciones de responsabilidad social y ambiental
Pero el ser solidario va más allá de donar tiempo y bienes, implica educar en valores como la empatía, la comprensión, la tolerancia o la igualdad para poder llegar a ser personas solidarias, y conseguir alcanzar el sentimiento de unión al que se refiere el término de SOLIDARIDAD.
Enseñar desde pequeños la importancia de ser una persona solidaria, tolerante y respetuosa es también una manera de ser solidarios. Y que ellos serán los líderes de nuestro futuro por lo que educar con el ejemplo o con actividades solidarias, les aportarán grandes valores que les construirán como personas y les servirán para abrirles a la participación y a la conciencia.
Y lo mejor de todo es que el mayor beneficio nos lo llevamos nosotros, porque cada vez que somos solidarios nos sentimos mejores personas y en paz con nosotros y con nuestra tierra.